Todos los años somos testigos de la aparición de bandadas de "aguilillas" que obligadas a emigrar de otras latitudes, intentan hacerse un hueco en el "ecosistema" del diseño y reformas de locales comerciales, usando comportamientos deshonestos, desleales y poco éticos en detrimento del resto de empresas y compañeros de profesión. Estas “rapaces” lo mismo que aparecen, desaparecen de escena a los pocos meses agobiadas por las deudas y las reclamaciones judiciales, ocasionando en ese intervalo de tiempo diversos perjuicios al “ecosistema”
Entre la variedad de "especies invasoras", las más frecuentes son los siguientes:
1. "EL AGUILILLA OPORTUNISTA". Solicitan a la Propiedad los presupuestos o valoraciones del resto de competidores para mejorar “cualquier oferta”
Son los que acaban consiguiendo la adjudicación de la reforma de un local comercial “a cualquier precio”. Para el “AGUILILLA OPORTUNISTA” esta práctica significa en la mayoría de ocasiones trabajar por debajo del coste real. Es acabar vendiendo “duros a cuatro pesetas”. Se traduce en rebaja de calidades, la intervención de trabajadores poco cualificados, no pagar a proveedores, etc.
Al final ni funcionan ellos, ni dejan funcionar el resto de empresas serias y solventes, que son el verdadero motor de crecimiento para el “ecosistema”, pagando impuestos y creando puestos de trabajo. Los conflictos generados se traducen a corto plazo en una publicidad negativa para todo el sector.
2. "EL AGUILILLA PIRATA". Competir sin reunir los requisitos administrativos para el ejercicio de la actividad
La reforma de locales comerciales está englobada dentro del sector de la construcción, y cualquier empresa que desarrolle esta actividad debe de contar con unos los requisitos necesarios fijados por la Ley; altas fiscales, altas de los trabajadores en los correspondientes regímenes de la Seguridad Social, Prevención de riesgos laborales, formación de los trabajadores, reconocimientos médicos, etc. Para “EL AGUILILLA PIRATA” no es necesario contemplar estos costes a la hora de elaborar sus presupuestos, y compiten en ventaja con respecto del resto de empresas serias y solventes del “ecosistema” que pagan impuestos y cumplen con todo lo estipulado por la Ley para el ejercicio de la actividad.
En los últimos tiempos también ha surgido una nueva especie de “EL AGUILILLA PIRATA”; la que compite con trabajadores en situación de falsos autónomos. Esta práctica fraudulenta aparece con el objetivo de ahorrar los costes sociales y eludir las responsabilidades obligatorias de los trabajadores asalariados con la Seguridad Social por parte del contratador.
3. “EL AGUILILLA GOLFA”.
Realizan presupuestos incompletos a sabiendas de que serán necesarias mejoras para finalizar las obras, con el posterior incremento en el coste inicial
Es quizás la práctica deshonesta más frecuente y extendida en el sector de la reforma de locales comerciales. Las “AGUILILLAS GOLFAS” aprovechan el desconocimiento de la Propiedad en el sector de la construcción para elaborar presupuestos incompletos a sabiendas que serán necesarias la realización de mejoras posteriores para la poder finalizar las obras, con el consiguiente incremento y repercusión sobre el presupuesto inicial. Al no contemplar todas las partidas necesarias, estos presupuestos son lógicamente más bajos que el de resto de empresas del “ecosistema” que estudian pormenorizadamente cada operación con el fin de dar a nuestros clientes ofertas transparentes y totalmente cerradas económicamente.
Las tres "especies invasoras" que hemos comentado con anterioridad no proliferarían sin la necesaria complicidad del Propietario o el Promotor de la reforma. Por acción u omisión es el mayor responsable de que abunden estos comportamientos, al no rechazar este tipo de prácticas y dejarse embaucar.