Por 3 ARTES ESTUDIO S.L.
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12 de octubre de 2021
Tras visitar varios foros relacionados con denuncias sobre malas prácticas y estafas en el sector de las reformas de locales comerciales, todos los afectados coinciden en que podían haber evitado sus problemas si hubiesen acertado con la elección de la empresa adjudicataria de las obras. Antes de decantarse por una u otra empresa de reformas, hay que tener en cuenta tres recomendaciones básicas en las que la mayoría de los usuarios de estos portales coinciden por activa o pasiva 1º RECOMENDACIÓN.- El presupuesto más “barato” no suele ser el más económico Es el error más frecuente según la mayoría de afectados. Contratar una empresa de reformas no es como comprar un determinado electrodoméstico, que dependiendo del comercio es posible encontrar el mismo artículo a diferentes precios. Cada empresa de reformas cuenta con operarios de una mayor o menor cualificación y experiencia. El Convenio de la Construcción unifica y equipara los criterios en el ajuste de salarios de todas las empresas. Ningún auténtico profesional acepta cobrar en nómina menos de lo estipulado por Ley. Cuanto más “barato” es el presupuesto de una empresa de reformas, peor es la cualificación de los trabajadores, la calidad y el resultado final de las obras. Al aplicar los mismos costes y beneficios la mayoría de “empresas legales” coincidimos en nuestras cotizaciones, siendo las diferencias muy pequeñas. Hay que desconfiar de empresas con presupuestos “baratos”, porque desgraciadamente en construcción lo “barato” no siempre es lo más económico, y en la mayoría de las ocasiones desgraciadamente, acaba “saliendo caro”. 2º RECOMENDACIÓN.- Evitar contratar empresas a través de intermediarios Este es otro de los grandes errores al contratar una empresa de reformas. En estos últimos años han proliferado páginas web de intermediarios creadas por empresas de marketing o publicidad que poco o nada tienen que ver con el sector de la construcción y las reformas. Estos portales funcionan con una dinámica muy sencilla; el usuario rellena un formulario detallando el tipo de obra que desea realizar y en un corto plazo de tiempo recibe 3 o 4 presupuestos de empresas de reformas afiliadas a estas páginas. La empresa finalmente seleccionada paga una comisión al portal cuando recibe el encargo. Pero, ¿Qué tipo de empresas de reformas están realmente inscritas a estas páginas web? Ninguna empresa sería, solvente y con cierta reputación acepta participar de este tipo de portales. Visitando varios de estos portales hemos comprobado que la gran mayoría de estas supuestas “empresas de reformas” no tienen “vida propia” fuera de las susodichas páginas de intermediación. Son totalmente desconocidas a nivel local, y como única razón social disponen de un teléfono móvil. En la gran mayoría de ocasiones los distintos presupuestos que el usuario recibe están elaborados por “empresas” opacas, de “tercera o cuarta división”. El no exigir ningún tipo de documentación acreditativa ni unos requisitos mínimos al darse de alta, hace que estas páginas de intermediación se hayan convertido en refugio para toda clase de "morralla"; empresas que incumplen sistemáticamente cualquier tipo de normativa, sin permisos ni altas administrativas, infraestructura y personal cualificado, aunque desde las páginas de intermediación se intente dar otra impresión, maquillándolas con comentarios positivos de los usuarios, que en la gran mayoría de ocasiones son inventados y solo utilizados como gancho. 3º RECOMENDACIÓN.- Evitar contratar a familiares, amigos o vecinos en situación desempleo Es otro de los errores más comunes. La crisis económica ha provocado que desgraciadamente familiares, amigos o conocidos del sector de la construcción se encuentren en situación de desempleo. Se ha generalizado la creencia que encargando la reforma a uno de estos desempleados es posible conseguir un beneficio económico respecto al coste del mismo trabajo realizado por una empresa especializada. Nada más lejos de la realidad. Las empresas especializadas cuentan con los medios, estructura, recursos y organización necesarios para abordar y resolver con solvencia cualquier tipo de reforma, tanto en plazos como en calidades. El desempleado por el contrario carece de estos medios organizativos, tiene que trabajar a escondidas y a duras penas consigue que el resultado final de la reforma sea el deseado, corriendo además el riesgo de cometer una infracción grave en caso de ser “pillado” por una Inspección de Trabajo, o ante cualquier otro tipo de incidencia que incluso puede acabar en delito tipificado. Por otro lado en la mayoría de las ocasiones el coste final de la reforma también acaba siendo muy superior al presupuesto inicial ofertado por la empresa especializada, eternizándose los plazos de ejecución.